El próximo 10 de octubre, la Arena CDMX se convertirá en el epicentro de la música regional mexicana con un evento que promete ser un derroche de talento y corazón. Los Dos Carnales, El Fantasma, y Gerardo Díaz y su Gerarquía se unen en la gira “Verde, Blanco y Rojo ¡Viva México!”, una celebración que va más allá de lo musical, alzando la voz por las víctimas de la reciente tragedia en Iztapalapa.

Con el espíritu de unidad en el aire, estos tres gigantes del regional mexicano se preparan para una velada que quedará grabada en la memoria colectiva. “La música es un puente que une corazones”, afirmó Alfonso “Poncho” Quezada, voz de Los Dos Carnales, quien destacó la importancia de ofrecer una noche inolvidable a sus seguidores.

La gala comenzará con presentaciones individuales donde cada artista brillará con lo mejor de su repertorio. Los Dos Carnales, conocidos por su frescura y autenticidad, encenderán el ánimo del público con sus corridos más emblemáticos. Seguidamente, Gerardo Díaz, apodado “El Cerebro de Oro”, traerá la intensidad de la Tierra Caliente, mientras que El Fantasma fusionará la banda y el corrido en un espectáculo único. “Estamos aquí para demostrar que el regional no tiene fronteras”, expresó emocionado.

El clímax de la noche llegará cuando los tres artistas se unan en el escenario para interpretar temas de su nuevo EP, “Claro y Recio”, un testimonio de su poderosa colaboración. “Juntos somos más fuertes”, afirmó Gerardo Díaz, resaltando la fuerza de esta alianza musical.

Más allá del espectáculo, el evento tendrá un rostro humano. En respuesta a la explosión en Iztapalapa, los artistas decidieron destinar parte de la taquilla para apoyar a las víctimas. “Estamos con las familias y queremos ayudar desde nuestra trinchera”, declaró El Fantasma, subrayando la importancia de la solidaridad en tiempos difíciles.

Los boletos ya están volando, y se espera un lleno total en el recinto, que tiene capacidad para más de 22,000 personas. “Este concierto no solo será una fiesta, sino un acto de comunión entre artistas y público”, concluyó Gerardo Díaz. La noche del 10 de octubre se perfila como un ritual sonoro donde el canto norteño, la fuerza de la banda y la pasión de la Tierra Caliente se entrelazarán en una celebración de identidad y unidad.